Arroyo y sus demonios
Antes de anunciar a su futuro gabinete, el intendente electo firmó un acuerdo con la Fundación Nuevas Generaciones para recibir colaboración en su plan de gobierno municipal. La ONG articula con la organización alemana Hanns Seidel y sus principales referentes son miembros del Opus Dei. ¿Quiénes asesorarán al nuevo intendente? Arroyo y su “tercera posición”.
Fotos: Revista Ajo
Mar del Plata no es cualquier lugar para la derecha católica vernácula. Es la ciudad que eligió el defensor del nazi Erich Priebke, fray Aníbal Fosbery, para instituir la sede central de la Universidad de la Fraternidad de Agrupaciones Santo Tomás de Aquino (UFASTA). También es donde, en 2005, el entonces obispo Juan Alberto Puíggari —hoy sospechado de encubrir al sacerdote Justo José Ilarraz, imputado por el abuso de menores en el Seminario de Paraná— realizó una de las pocas misas que se celebraron en el país en honor del beatificado creador del Opus Dei, Josemaría Escrivá de Balaguer. Por eso, no sorprendió que en la Catedral local se haya erigido el escudo humano conformado por la tropa dirigida por Carlos Gustavo Pampillón, del Foro Patriótico Nacional, durante el reciente Encuentro Nacional de Mujeres.
Como si estos retazos no alcanzasen, hace unos meses desembarcó en la ciudad la Fundación Nuevas Generaciones (FNG), una usina de pensamiento del PRO íntimamente vinculada con las ideas del integrismo católico.
Silbando bajito, los liderados por Julián Obiglio (presidente de la FNG) se reunieron a fines de septiembre en el local central de Cambiemos en la ciudad, con quien fue electo intendente de Mar del Plata, Carlos Arroyo, y su jefe de campaña, Emiliano Giri, para coordinar cómo será el asesoramiento que prestará la FNG a partir del 10 de diciembre.
Como es usual en este tipo de encuentros, haciendo gala del léxico burocrático, las formulaciones dicen poco a simple vista. De ahí que, en la gacetilla difundida por la propia FNG, apenas se precise que las áreas en las que harán su aporte en la gestión del flamante intendente serán: “Modernización municipal, transparencia y calidad institucional”; “Producción y empleo” y “Ambiente y desarrollo sostenible”.
Los valores
Constituida en 2010 en torno de la figura de Eduardo Duhalde, la FNG se guareció bajo la sombra de Mauricio Macri cuando el caudillo de Lomas de Zamora cayó en desgracia.
En su mesa chica permanecen los rastros del derrotero de esta ONG, pues a los macristas conducidos por Obiglio, el diputado Federico Pinedo y, entre otros, el secretario de Relaciones Exteriores del PRO, Diego Guelar, se suman Alfredo Atanasof, jefe de Gabinete durante la presidencia de Duhalde, y Armando Caro Figueroa, ministro de Trabajo de Carlos Menem.
“Estoy convencido de que en los últimos tiempos el relativismo ha invadido todas las esferas de la política argentina. Los discursos sosteniendo que todo vale lo mismo, que no hay unos principios superiores a otros, y que en todo caso debemos adaptarnos a un buenismo que todo lo tolere y todo lo acepte, se repiten hasta el cansancio. No estoy de acuerdo con esta posición y creo que la mayoría de nuestra sociedad, que comparte los valores occidentales y la cultura demócrata cristiana, tampoco lo está. Definitivamente no es lo mismo defender la vida que aceptar el aborto; promover la libertad que callar ante el encierro de los que piensan distinto; defender a los niños que promover su adopción por parte de parejas integradas por dos personas del mismo sexo. No es lo mismo defender la institución y vida familiar que buscar su destrucción. O promover el respeto por el esfuerzo y el trabajo, que la conquista de planes sociales para no trabajar. Como tampoco es lo mismo luchar en defensa de la propiedad privada, que mirar para otro lado ante la confiscación del fruto del trabajo ajeno. El relativismo político y moral está llegando a su fin. Estamos ingresando a toda velocidad a un momento de la historia de nuestro país en que la defensa de ciertos valores volverá a un nivel central”. Este fragmento de una nota de Obiglio –quien cuando fue diputado presentó un proyecto para “prohibir la concurrencia de menores de 16 años a protestas sociales”– permite conocer con claridad las ideas del líder de la FNG. Además, ayuda a comprender los motivos por los cuales su organinzación se entronca ideológicamente con la Fundación Civilidad, dirigida por el abogado Pablo María Garat.
Civilidad tomó el nombre de la publicación promocionada en la revista Verbo a principios de los ‘80. Esta era el órgano de difusión de la Ciudad Católica, quizá la primera usina de pensamiento del integrismo católico en Argentina.
Erigida en el país por el sacerdote francés Georges Grasset, a fines de la década del ‘50, la organización hermana de Cité Catholique, compuesta por pequeñas células de las que formaban parte empresarios, militares, políticos y sacerdotes, tenía un objetivo definido: “La Ciudad Católica no desea constituir un ejército marchando al compás y al que se moviliza a horas fijas, sino suscitar grupos ínfimos susceptibles de plegarse, para sus luchas, a las exigencias más variables de tiempo y lugar (…). (La Ciudad Católica) llena un papel que puede ser fundamental como bisagra entre lo espiritual y lo temporal, papel de formación, de formación cívica para la contra-revolución; papel de acción: de acción ideológica por un orden social cristiano”.
Los seres salvajes
En Argentina, este “think tank tradicionalista de la contrarrevolución” representó un claro viraje sobre cómo construir poder para la derecha católica y nacionalista. Si durante las décadas del ‘30 y del ‘40, la Acción Católica Argentina tenía como finalidad explícita “conformar un movimiento de masas eclesial”, la apuesta de la Ciudad Católica fue penetrar en grupos minúsculos, pero que ya formaban parte de las diferentes estructuras de poder tanto institucional como fáctico.
Uno de los últimos directores de Verbo —que se dejó de publicar en 1994— fue el médico Ignacio Garda Ortiz, lugarteniente de Grasset hasta sus últimos días, y referente de Civilidad en las charlas que organizan asiduamente. En 1980, cuando era el director de Verbo, Garda Ortiz compuso una alegoría titulada “Los seres salvajes”. En ese artículo, luego de divagar sobre cómo amansar a un tigre, jugó con una imagen que entablaba un paralelo con lo que se vivía en los centros clandestinos de detención y el supuesto objetivo que perseguían con ellos los militares: “Pensar, por ejemplo, que a un hombre se lo puede amansar con sólo asegurarle la supervivencia, sería tan ridículo como suponer, que al tigre se lo puede convencer de que no haga daño, mediante una buena fundamentación filosófica. Lo que se observa es que tanto el tigre hambreado, como el hombre sin fundamentación filosófica coherente, tienden al estado salvaje”.
La Ciudad Católica al poder
La Ciudad Católica impulsó el comunitarismo, doctrina política del Vaticano esbozada en la encíclica Quadragesimo Anno, de Pío XI, en la que la subsidiariedad del Estado se convierte en el eje troncal, planteando modificar de fondo el contrato social moderno, por medio de la creación de cuerpos intermedios en pos de una sociedad corporativista a semejanza de la medieval.
El momento de oro para esta organización fue durante la dictadura de Juan Carlos Onganía, cuando, desde la Secretaría de Estado de Promoción y Asistencia de la Comunidad, procuraron implementar esta plataforma política, publicitada como la tercera posición entre el “desorden liberal” y el “colectivismo estatista”. Desde 1984, Civilidad insiste con conceptos que retoman el plan político de la Ciudad Católica, aunque con una salvedad: comprendieron que era esencial el pragmatismo, por lo que sometieron su lenguaje a una transformación cosmética.
Una gesta religiosa
Sería un error observar la llegada de la FNG a Mar del Plata como parte de los movimientos internos del frente Cambiemos. Su desembarco está íntimamente vinculado con la historia de Arroyo, que fue presidente del Partido Popular de la Reconstrucción (PPR) bonaerense y defensor local del ex carapintada Mohamed Alí Seineldín. Por caso, con sólo mirar la lista de concejales saltan a la vista otro ex integrante del PPR, Guillermo Sáenz Saralegui, y el abogado experto en Derecho Civil de la UFASTA, Iván Lorenzo Gemignani.
Fundado en 1996 por Enrique Graci Susini y Francisco Bosch, con el explícito objetivo de restaurar los valores de la tradición, el PPR fue inspirado por el mencionado coronel, quien en ese momento se encontraba en prisión. A pesar de que lanzó su candidatura presidencial con vistas a las elecciones de 1999, no pudo concretarse. Posteriormente, secundado por Martha Seineldín, hija del militar, el liderazgo quedó en manos del mayor retirado y excarapintada Gustavo Breide Obeid, quien se reconoce como un fiel discípulo de aquél. En este caso, es tal el vínculo que, en 2012, Saralegui y Arroyo escoltaron a Breide Obeid en el Concejo Deliberante marplatense, cuando le entregaron un reconocimiento a la escritora local Edith Ruz.
La plataforma del PPR consiste en una serie de documentos cuya autoría pertenece a Seineldín, para quien la guerra de Malvinas fue “una gesta religiosa”. En su programa político, no ocultan que su objetivo es reimplantar la doctrina social de la Iglesia en los términos previos al Concilio Vaticano II, por lo cual lejos está de sorprender que, bajo la idea de “salvar la patria contra la globalización y el Nuevo Orden Mundial”, aludan directamente a la añeja propuesta del integrismo católico y, al igual que Civilidad, defiendan a ultranza su particular federalismo, el cual se apoya siempre sobre la misma y añeja doctrina de la Iglesia: “Las sociedades intermedias como agrupaciones destinadas a satisfacer las necesidades, intereses y aspiraciones legítimas del hombre y la consecución y defensa de determinados bienes. Entre otras entidades fundadas en el principio de la libre asociación, se destacan el municipio, la organización profesional, la empresa, las asociaciones vecinales, los clubes, la escuela, la universidad y la organización sindical única, que responde a la tradición y a la naturaleza socio-política nacional”.
Sin tener que hurgar en ningún arcón escondido, fue el propio Arroyo quien, en 2014, en el programa “Café por medio”, anticipó cómo será su gobierno: “Si usted me pregunta, desde el punto de vista económico, cuál es mi ideología: es la de la tercera posición, la de la Iglesia católica”.