¿De qué se ríe Silvana Rojas?

El intendente de Cambiemos, Carlos Arroyo, sigue sumando cuestionamientos. Uno de los más firmes ha sido el de la comunidad artística marplatense que desde hace meses exige la renuncia de la secretaria de Cultura municipal. Además, piden que se detenga lo que consideran el «vaciamiento cultural» más importante que ha sufrido Mar del Plata en décadas.

Ilustración: Villy Villian

Desde el advenimiento de la democracia al presente, muchos nombres han pasado por la Secretaría de Cultura. Algunos oriundos del mundo artístico, como Marcelo Marán o Luis Reales, otros con perfil más político, como Leandro Laserna, y varios outsiders como Sebastian Puglisi, relacionado con la educación, o Carlos Rodriguez, arquitecto y primer titular de Cultura del ex intendente Gustavo Pulti. Todos y cada uno de ellos han tenido logros y fracasos, pero ninguno ha dado tanto que hablar como la actual titular de la Secretaría, Silvana Rojas.

Desconocida en el mundo artístico de la ciudad, presuntamente vinculada a las artes plásticas, el antecedente más importantes previo a su designación fue el de participar de la Comisión de Cultura de la Fundación Pensar del PRO y ser la hija del destacado centrodelantero de Boca, Alfredo Hugo Rojas Delinge, más conocido como El Tanque, quien se lució en el xeneize en la década del 60 e hizo buenas migas con Mauricio Macri cuando, el ahora Jefe de Estado, estaba en campaña para ser la máxima autoridad de la institución boquense.

Vana, seudónimo que utiliza en Twitter, reemplazó a Sebastian Puglisi quien, apremiado por la falta de respuestas del gobierno municipal frente a la deuda con capacitadores que desarrollaban tareas en los barrios y trabajadores de la Comedia Municipal de Teatro, decidió renunciar al cargo argumentando “problemas personales”.

La llegada a la cartera de Cultura de Silvana Rojas comenzó con el pie izquierdo. Su asunción se topó con el enojo de todos los capacitadores y directivos de carrera de los programas socio-culturales, que se movilizaron para denunciar el ajuste en el sector. Rojas asumió en la oficina del intendente y sus primeras declaraciones fueron: “Yo hasta ayer estaba como ustedes, desempleada”. Una chispa que desató un incendio. Así es ella, a pesar del terror y la desconfianza que le tiene a los medios de comunicación, las pocas veces que le tocó hablar terminó generando una ola de repudios. Al punto tal que, en un hecho inédito en la historia de la ciudad, todos los secretarios de Cultura de las gestiones anteriores firmaron una contundente declaración de repudio a su gestión. Ella respondió victimizándose y denunció “una cuestión política”.

Rojas asumió en abril de 2016. Desde ese momento su presencia física en los ámbitos laborales fue prácticamente nula. En varias oportunidades se le reclamó públicamente, por sectores de la sociedad civil y colectivos culturales, pero los ignoró como si no temiera pagar el costo político de sus actos.

Esa te la debo

“Mi objetivo son los barrios”, suele decir a los medios de comunicación, pero en lo concreto la realidad es otra. Un día después de haber asumido, Rojas le dio una entrevista a Radio Residencias. En la conversación que mantuvo con quien escribe y Javier Andrada, la flamante funcionaria dijo algunas cosas que terminaron marcando su perfil de gestión. Allí combinó su contundente “soy una persona de diálogo, me gusta hablar” con una crítica directa a Paula Scarpetta y Lucía Martín —las dos funcionara de carrera de los programas culturales que vienen batallando para que el área no sufra el desguace actual— a quienes señaló como “muy agresivas”. Además, habló de “herencia” y “cajas vacías” en sintonía con el gobierno que acababa de asumir. Por último, evadió respuestas concretas, ofreciendo en cambio declaraciones como “no tengo antecedentes, pero mucha voluntad” y “cuando tenga los proyectos te cuento, en 15 días”. Fue una entrevista difícil.

—Tengo mi equipo.

—¿Tiene nombres?

—Emm… no… Después, después. Mientras hablo con vos estoy resolviendo un problema.

—¿Tiene los nombres pero no quiere decirnos?

—Vengo a gastar lo menos posible y a hacer cosas buenas.

—¿Cuándo va a recibir a los trabajadores?

—De a poco.

Ya pasaron 15 meses de ese diálogo y los trabajadores siguen esperando.

Traslados forzosos

Después del caos de su asunción, Rojas se presentó en Plaza del Agua, sede de la Subsecretaría de Cultura que condujo Christian Rabe hasta la caída en desgracia de Emiliano Giri. A pesar de defender públicamente a los trabajadores de planta permanente, Rojas decidió unilateralmente seis traslados forzosos. Tres del área de prensa y tres de un espacio abocado a relaciones con organizaciones de la sociedad civil y gestión de proyectos. La encargada de comunicar la decisión no fue ella, envió en su lugar a la jefa administrativa, Marta Lantaño. Después de esto, y casi una semana después de haber asumido, Rojas llegó acompañada por la directora general del área, Nora Zamora, a Plaza del Agua para hablar con lo que quedaba del personal. Esa reunión fue tensa, todos los trasladados pidieron explicaciones, hasta el propio Christian Rabe, ex funcionario y empleado de planta.

“Reivindico los trabajos en los barrios”, repitió a los presentes mirando fijo a los que no sabían lo que les deparaba su futuro laboral.

Datos del vaciamiento

“Cuando asumí ya no existían esos programas y esa cantidad de capacitadores. Fueron incorporados a último momento”, dijo Silvana Rojas a diez meses de su asunción en una entrevista en Canal 10.

En realidad, los programas socio-culturales tienen más de diez años de existencia, muchos de ellos nacieron en la gestión de Marcelo Marán durante la intendencia del radical Daniel Katz, otros, como El Colón Camina, surgieron en la dirección de Luis Reales en el Teatro Colón. Todos se vieron afectados por los recortes y dejaron a trabajadores desempleados y funcionarios de carrera bajo amenaza de sumario.

Usinas artísticas, Liberarte, Escenario Andante, La Orquesta Infanto Juvenil y Almacenes Culturales son los programas vigentes hasta 2015 que ocuparon a más de 80 trabajadores de la cultura, y lograron la participación de más de 7 mil jóvenes. Sólo continúan en actividad Usinas artísticas y Almacenes Culturales en los cuales, según contempla un informe presentado por la Comisión de Cultura del Frente para la Victoria, se observa el desarrollo de 10 disciplinas, en 14 actividades, distribuidos en 22 de los 90 barrios que componen la ciudad. Según declaraciones de Lucía Martín en Radio Residencias el 13 de mayo de 2016, los talleres cerrados por Cultura alcanzan la elevada cifra de 253.

La Orquesta Infanto Juvenil contuvo a más de 2 mil chicos y los talleres culturales en los barrios han abandonado a aproximadamente 13 mil jóvenes por la baja de 89 capacitadores, según la información brindada por la Asamblea en Defensa de la Cultura. Además, la gestión de Cambiemos clausuró la Comedia Municipal de Teatro —que había sido recuperada en 2013 luego de que la dictadura la cerrara durante 38 años—, perdió la sede de la Secretaría de la calle 9 de julio y cerró el Teatro Diagonal —una sala de gestión municipal— según palabras de Silvana Rojas a Canal 10 porque “solo puede sostenerse con inversión privada”.

Por último, la gestión de Cambiemos hizo tambalear el histórico Teatro municipal Colón. “Estamos perfectos con el Club Español (a quien se alquila el Teatro desde hace 23 años), como siempre”, planteó Rojas en febrero de 2017. Cinco meses después, y a treinta días de acordar con el municipio la normalización de la deuda y el inicio de obras, el presidente del Club Español, José María Méndez Acosta, declaró: “estamos teniendo mucha paciencia. Tal vez nos hayamos equivocado”.

Alfombra Rojas

En la previa de los Premios Estrella de Mar 2017, en las oficinas de Villa Victoria Ocampo ya se sabía con certeza que Rojas no asistiría a la ceremonia por temor a las manifestaciones en su contra. A pesar de esto, la orden fue no decir nada. Lo que pasó esa noche lo sabemos, la secretaria de Cultura del intendente Carlos Arroyo se llevó el prime time de la Televisión Pública, cuando una bandera gigante con la consigna “No al vaciamiento cultural. Fuera Rojas de Cultura”, fue desplegada por artistas en el escenario, mientras se desarrollaba la entrega de los premios. Además, casi 40 elencos habían anunciado que declinarían su participación como modo de protesta frente al vaciamiento. Afuera, por iniciativa de la Asociación de Trabajadores de Teatro de la Región Atlántica (ATTRA) y la Asamblea en Defensa de la Cultura, una gran cantidad de artistas, junto al movimiento murguero, se expresaron en la misma línea, para denunciar la situación crítica de la cultura municipal.

Esta situación llevó a Rojas a postergar la entrega de los Premios “José María Vilches”, un galardón que otorga la secretaría de Cultura para reconocer el desempeño artístico local. “¿Qué le decimos a los medios que nos llaman? Es un papelón”, preguntaron desde la desarticulada oficina de Prensa. “Nada”, fue la respuesta. Los Vilches se entregaron una semana después sin la presencia de Rojas. En esa edición, hubo dos obras premiadas: Otra vez Ubú, dirigida por José Luis Britos, y Gregorio por Nachman, de Viviana Ruiz. Britos y su elenco decidieron rechazarlo «por incompatibilidad entre los considerandos del premio y la falta de ética de quien lo otorga». Lo argumentó en una carta: “no podemos dejar de entender como una verdadera paradoja que la misma Secretaría que enuncia darle importancia a este Premio porque su objetivo es ‘otorgar especial reconocimiento a la obra que se caracterice por rescatar la dignidad humana y los valores sociales, por contribuir a la prédica de la libertad y la paz’ (?), viene llevando desde su asunción una política contraria a todos esos valores, produciendo un vaciamiento cultural sin precedentes desde el retorno a la democracia y vulnerando el derecho al acceso a la cultura a miles de niños, jóvenes y adultos, deber indelegable del Estado más allá del enfoque que pretenda darle cada gobierno a su gestión. Esa política ha recibido el rechazo de la mayoría de la comunidad artística de la que nos sentimos parte. Y siendo sus principales perjudicados aquellos de mayor grado de vulnerabilidad social, nos sentimos responsables como artistas de intentar por nuestros medios que esa realidad se modifique”.

En el caso de Gregorio por Nachman, sus protagonistas fueron a recibir el premio y manifestaron su repudio en la ceremonia, desplegando nuevamente la bandera con el “Fuera Rojas de Cultura”. Su directora, Viviana Ruiz, fue quien tomó la palabra en el acto, al igual que en la entrega de los Estrella de Mar y en el lanzamiento de Unidad Ciudadana en Mar del Plata, oportunidad en la que, invitada por Cristina Fernandez de Kirchner, volvió a denunciar públicamente el vaciamiento cultual. Semanas más tarde, recibió un llamado en su espacio, El Centro Cultural El Séptimo Fuego, en donde una voz dijo: “Dejate de joder con la cultura porque sos boleta”. Dos días después intentaron entrar en el lugar forzando la reja de la entrada. La solidaridad inmediata mostrada por la comunidad artística se tradujo en un abrazo al Centro Cultural y en una nueva oportunidad para denunciar el vaciamiento. El único llamado que recibieron por parte del municipio fue del subsecretario de Cultura que, en defensa de Rojas, solo atinó a decir, como si hiciera falta aclararlo: “nosotros no fuimos”.

Sonría, la estamos filmando

A pesar de las constantes críticas, Rojas nunca deja de sonreír. Nadie sabe bien porqué, pero es constante. Niega la gravedad de la crisis y confirma soluciones inmediatas que, generalmente, no llegan.

Insiste con que ella y su equipo “trabajan día a día” y sostiene: “Tenemos muy buenas ideas y muy buen equipo conformado por la gente de planta que es maravillosa, me quiere, me aprecia”, como sostuvo en una entrevista con Canal 10 y 10 Ahora TV. Sin embargo, las personas de su equipo en planta pasaron de ser 15 divididas en tres grupos a solo cuatro. Otro grupo que antes cumplía funciones en la sede de 9 de julio desarrolla ahora tareas administrativas en la Biblioteca de las Naciones Unidas. Todos ellos esperan un organigrama de trabajo que la funcionaria prometió desde que asumió pero que nunca llegó.

Para Rojas, los espacios que levantan la voz contra su gestión son “un grupito”. Esa es la caracterización que la gestión de Cambiemos tiene sobre las críticas a su política cultural. Sin embargo, han sido masivos y unánimes lo repudios en el ambiente artístico: Centros Culturales independientes, la Asamblea en Defensa de la Cultura, la ATTRA, los artistas que organizaron todos los 29 las “ñoquiadas” en reclamo de los pagos adeudados y los integrantes de la Comedia Municipal de Teatro. Desde cada espacio y entidad se ha buscado instalar, en cuanta oportunidad se pudo, la problemática de una cartera cargada de problemas. Por eso, el pedido de “Fuera Rojas” fue ganando fuerza a lo largo del tiempo y, se sabe, continuará a pesar de la decisión política de la gestión de Cambiemos de mantenerla en el cargo.

La estrategia de Rojas de minimizar la fuerza de sus detractores, no la salva de la paranoia. Así lo demostró el día en que dijo a un trabajador de su área de prensa que no quería tenerlo en su equipo “porque era de la contra”. Y con preocupación, pero sin perder la sonrisa, le cuestionó: “¿No estarás filtrando información a 0223, no?”.

Nadie saca la Roja

La gestión de Silvana Rojas es, sin dudas, de las más cuestionadas de una gestión de Arroyo muy golpeada. ¿De qué se ríe, entonces? Tal vez, saber que el concejal Juan Aicega la protege la tranquiliza. Se trata de un referente del PRO, candidato a diputado nacional, amigo y abogado de Lalo Ramos, quien durante sus tres años y medio de concejal solo presentó pedidos de licencia. Pero su protector tiene línea directa con Mauricio Macri. Con eso parece alcanzarle a Rojas para sostenerse a pesar de las movilizaciones, repudios e interpelaciones en el Concejo Deliberante. Si Arroyo la saca de su cargo se gana un problema con un sector importante del PRO, y es sabido que el Intendente no puede sumar más problemas a la larga lista de los que ya tiene su cuestionada gestión. Mientras tanto, y quién sabe por cuánto tiempo más, Silvana Rojas sonríe.


*Nota de la Redacción: Una invitación a descargar, imprimir y pegar donde se quiera el dibujo de Villy Villian no debería ser catalogada de vandalismo ramplón. Hablemos, mejor, de arte urbano contra el vaciamiento cultural. Eso: DESCARGAR IMAGEN

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